El nombre «Club de la Serpiente» evoca imágenes de ciclos y continuidad, aludiendo a las serpientes que se muerden la cola, un símbolo clásico del infinito. Esta metáfora se refleja en las conversaciones de los personajes, quienes exploran temas como el amor, la soledad, el arte y la identidad. A través de estas discusiones, Cortázar invita al lector a sumergirse en una reflexión profunda sobre la condición humana.
Imagen: Luzia |
Los miembros del club, como Horacio Oliveira y La Maga, representan diferentes perspectivas sobre la vida. Oliveira busca constantemente respuestas a sus preguntas existenciales, mientras que La Maga encarna una visión más intuitiva y espontánea del mundo. Esta dualidad entre razón e intuición es uno de los ejes centrales de la novela y se manifiesta claramente en las interacciones dentro del club.
También actúa como un espacio de resistencia cultural. En medio del contexto social y político de su tiempo, los personajes encuentran en la literatura y el arte una forma de escapar y cuestionar la realidad. Este refugio literario permite que las voces emergentes se entrelacen, creando un diálogo enriquecedor que trasciende las barreras del tiempo y el espacio.
En conclusión, el Club de la Serpiente es más que un simple grupo dentro de «Rayuela»; es un símbolo del deseo humano por conectar, reflexionar y encontrar significado en un mundo complejo. A través de sus páginas, Cortázar nos invita a ser parte de esta búsqueda interminable.
IA: Luzia
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