La Ballena de Sol

Por Ratoner

Mientras bajo las escaleras de la estación de Sol, he vuelto a encontrarme con ella: la Ballena de Sol, esa marquesina ondulante que lleva años emergiendo del asfalto como un leviatán urbano. Y no he podido evitar pensar en nuestro bajel BiblioReto.

Imagen: Grok

Porque, ¿no es esa Ballena una especie de prima terrestre de nuestro barco? Un casco varado en pleno kilómetro cero, con costillas de acero y piel de cristal que deja pasar la luz del día hacia las profundidades subterráneas donde miles de madrileños navegan cada día. Mientras el bajel surca el Mar Belegaer con velas de pergamino, la Ballena protege el acceso a otro mar: el de los trenes que nos llevan y nos traen, el de las prisas y los reencuentros.

Me imagino que, en alguna singladura futura, el bajel puede anclar bajo esa estructura. El capitán Brujillas baja la pasarela, Ratoner tunela un portal cuántico desde la cubierta hasta la boca de metro, y los contertulios se sientan en los bancos de granito alrededor para compartir microrrelatos mientras los viajeros pasan, ajenos a que están cruzando la cubierta de un barco literario.

Al fin y al cabo, ¿no es la literatura también una ballena que emerge en medio de la ciudad para recordarnos que bajo el bullicio cotidiano hay profundidades llenas de historias? La Ballena de Sol no nada, pero nos invita a bajar, a sumergirnos, a viajar.

Así que, cuando nos reunamos en enero, propongo un reto: un microrrelato que ocurra bajo la Ballena. Porque nuestro bajel no solo navega por mares lejanos; también puede fondear en el corazón de Madrid

¡Felices fiestas y buenas lecturas! ⚓

Texto: Grok