El pirata y la zíngara

Por Terre y Ratoner

En una noche estrellada, en el puerto de una pequeña isla, se escuchaban risas y cantos que emanaban de una taberna. Allí se encontraba el infame pirata Brujillas, capitán del «BiblioReto», conocido por su valentía y su corazón de fuego. Con su espada siempre lista, era un hombre que había surcado los mares en busca de tesoros y aventuras.

Sin embargo, aquella noche, su atención fue atraída por una figura en la esquina del local: una hermosa zíngara llamada Oscarina. Con su cabello oscuro como la noche y sus ojos que brillaban como estrellas, parecía contar historias con cada movimiento.

Imagen: Luzia

La música la envolvía mientras danzaba, hipnotizando a todos los presentes. Intrigado por su gracia, el pirata se acercó a ella. ¿Qué tesoros guardas en tus danzas, hermosa zíngara? le preguntó con una sonrisa pícara.

Oscarina, sin inmutarse, respondió: Los verdaderos tesoros no son de oro ni plata, sino de experiencias y sueños. Así comenzó un intercambio entre ellos, donde Brujillas relató sus hazañas en el mar y Oscarina compartió leyendas de tierras lejanas.

La conexión entre ambos creció a medida que las horas pasaban. Cada historia contada era un hilo que tejía un vínculo inesperado entre un temido pirata y una mujer libre como el viento. Al amanecer, la realidad se impuso. Brujillas debía zarpar con su tripulación hacia nuevos horizontes. Sin embargo, antes de partir, le hizo una promesa a Oscarina: Volveré por ti.

Ella sonrió y respondió: Las estrellas guiarán tu camino. Y así, el pirata se alejó del puerto con el corazón lleno de promesas y sueños, mientras la zíngara seguía danzando bajo la luz del sol naciente, esperando el regreso del hombre que había capturado su atención en aquella mágica noche.